PALOMA

 PALóMICA

Sus alas blancas eran, y  maltratadas estaban, ella no tenía la culpa de lo primero, y  de lo segundo tampoco tenía la culpa. Pobre paloma, necia paloma. Como loca movía sus alas.
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El día que  la jaula abrí,  escapar querías, pero tus alas rotas no lo permitieron, caíste al suelo, tomé, te alimenté. No, no te estoy reprochando,  recuerdos son solo.

Sé que libertad anhelas, que estar enjaulada no es tu naturaleza  como otras aves que están acostumbradas a las rejas, te prometo que el día que sanes, te dejaré libre.

Muriendo estás, necesitas  libertad, tus plumas están cayendo más y más, ahora no puedes volar.

Paloma con el sol encima, 
paloma que ahora caminas,
entre flores,
paloma herida.

Cuando la noche llega, la jaula tomo y adentro la dejo, del frío la aparto, que mueras no quiero.

Paloma herida,
estás que mueres,
no sé qué hacer,
te llevé con un experto,
y me dio indicaciones sobre tu alimento,
pero no mejoras,
se te va el aliento.

Si pudiera paloma, aprender una lección de esto, 
si ese el motivo fuera,
pero no lo encuentro

Me mandaron una carta de correo temprano, una cita para que asista. Me acusan de un Roberto ¿cuál Roberto? yo voy a la iglesia  ¡nunca olvidaría el mandamiento! ¡Maldita carta!
Las cristiandad profanaría si cometiera tal injurio.

Me presenté a declarar, me encerraron entre rejas, mis hermanos no llegaron ni mis llamadas respondieron, no hubo nadie, no me ayudaron.

¿Estaré el resto de mi vida aquí?

¿El resto de mi anciana vida?

Regresar a casa planeaba, pues encerrada quedó mi paloma, en su jaula en mi jardín, expuesta.

No me cortaré la barba, no quiero, obligado no estoy, no les importa a ellos.

Llegó mi paloma a donde yo estaba, pellizco de pan me regaló, entre rejas. El  pan tomé.

Ella me buscó,
sabía dónde estaba yo,
me alimentó.

...
Me dejaron en el patio, libre al principio me sentí, pero tantos días pasaron que el patio odié, odié las rejas, porque salir de aquí nunca podré.



Cosa mala no hice para estar aquí,
 en medio de patio me acuesto, y recité:

Volárica en el ciélico
como palómica librérica
como palómica silvétrica

Mi abuélica contárica
la tiérrica labrárica
ahí salírica el alimentórico
de  diárica

Pero ahórica a palómicas
 matárica la gentírica

Deciárica el santórico padrírico se enfadárica
por matárico a palómicas la géntica

Yo tomérica a  palómica
queriárica adistrárica,
el avérica no necesitárica 
 rendenciónirica

Arqueárica las céjicas 
me impreciónico de palómica
trajérica panírica

Quizárica debírica entendérica
y hablárica y no entendérica 
pues hablárica con dificultárica
si entendérica 
sabriárica que queriárica libertárica

Queriárica mi palómica las rejáricas se rompiérican 
y se oxidárican
y seriárica libráricala palómica que sufriarica

Y dejárica de bebérica lechechírica cuajárica
y dejárica de comérica carnírica podridárica


...
Ella no me abandonó como lo hizo mi hermano, mi madre, mi esposa; mis hijos.

De comer dejé, 
que se sepa de mi inocencia quiero,
 y sin hambre me quedé.

La paloma dijo:

El hombérico
 ha muertórico
 en patiórico

pobrérico, 
nadiérico 
vinórico 
a salvárico

muriórico
 solírico 
encceradórico

mistérico 
casórico
de hombréico
sin libertárica

Llegamósico 
al finérico 
tragediórico

 Finérico. 









Soy sapo, no Príncipe


Les contaré del sapo triste que tras sus verrugas escondía una nobleza inigualable, no, no era ningún príncipe encantado, era sólo un sapo, uno que amaba y rogaba por que le besaran sin esperar a que se convirtiera en un príncipe...

EL CENTURION


LA BESTIA

¿lo escuchas ? es un estruendo que se produce en aquella hierática linea silenciosa de tiempo, un estruendo producido por el galope de aquel caballo, a sus imponentes pasos  los terrones de tierra se desbaratan, el polvo se levanta. La bestia está sedienta y cansada, el hombre que la monta  está llorando, repitiendo tres palabras : Realmente era El.

Centurión,  este día has roto toda regla, contra tu autoridad te subvermaste, corres contrariamente a lo que viviste, corres resistiendo lo que fue tu destino. Eres ahora un hombre arrepentido de alguna infamia, de la cual no te enteraste, sino hasta que hubo terminado ¿serás para siempre infeliz?  ¿llorarás siempre?  ¿lograré convencerte de que fuiste un afortunado, o sólo  terminarás con tu vida al sentirte tan culpable?

He visto tu armadura, tu capa , he visto tu severidad a causa de la ley; ley para tí inquebrantable , palabras sagradas que no se contradicen !Ay del  que se rebele contra ella!  lo matarás sin dudar. Luchaste siempre por Roma, con cien hombres  en tu milicia. Naciste siendo su líder, ahora escapas. Has quedado tan conmovido, tal fue tu espanto.

Tus hombres maltrataron un rostro inocente, castigaron un cuerpo sin culpa, aún debes tener presente el vituperio, los insultos que le hicieron al hombre. Tu rostro ha enrojecido, el grifo de tus ojos no se cerrará tan fácilmente, sientes arder tu rostro, estas avergonzado. ¡Gran Centurión!  que custodiabas, tú, que pensaste que jamás te retractarías de tus acciones.

Hombre corpulento y poroso. Lo único que hiciste fue obedecer la orden, era la vida de un hombre inocente o era la tuya, hombre lleno de culpa. La vergüenza ha quedado en la historia, tu lamento te seguirá siempre, ni tú que haces respetar los mandamientos,  has podido mitigar tu culpa.

Ahora te encuentras sujeto a esta bestia, empuñas su pelaje, te has asido de ella, y no la soltarás hasta que te encuentres débil, cuando  no tengas fuerza ya para ello.

El animal no sabe por qué lloras, sabe únicamente, que al igual que tú, trata de huir de su existencia. A la  bestia le es indiferente tu sufrimiento, tu lamento, tus lágrimas que se derraman en él.



Recuerda hombre de Roma, al Cristo sufriendo, en su camino al madero, su rostro desfigurado, volviéndose a aquellas mujeres que lloraban, sus palabras tiernas y sensatas: hijas de Jerusalén, no lloren por mí, sino por ustedes y por sus hijos... - Las mujeres lo escuchan atentas. Este hombre es capaz de argumentar aún cuando todo está perdido, es capaz de retirar la lástima que aquellas mujeres siente por Él, volviéndola hacia sus propios hijos.

Las recuerdas, creyendo , entregando todo, siguiéndolo en todo momento, ni sus discípulos lo hicieron, sino que tuvieron miedo y no se acercaron a él, solamente uno de ellos, el amado, solo él estuvo ahí,  cuando aquel Jesús renunció a su madre, a su puesto de hijo.“Mujer ahí está tu hijo...”  Puso al discípulo más fiel en lugar propio.

Reemplazarse : “ella es tu madre”. Fueron ligados por la palabra del hombre condenado.

Te rodea el recuerdo del rostro con lágrimas,  expresaban compasión, ternura; expresaron un rostro con esperanza “padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”.

 ¿Qué clase de hombre, siendo crucificado, que está siendo muerto como si fuera un criminal, como si mereciera morir, es capaz de perdonar, y aún pedir al Ser de Cielo que también los perdone?

-¿cómo puede expresar tal sentimiento de perdón a los que lo están matando? ¿le habla a su Dios como se le habla a un padre? ¿por qué parece haber una conexión mayor que la de un dios y su seguidor?-Te preguntas.

Este hombre piensa que existe un Dios, y que éste Dios(que hasta este momento no lo rescata, y del cual no veo ninguna de señal de su existencia), lo escucha, y cree aun que tiene hacia el alguna relación muy cercana, en verdad cree que es hijo de Dios.

¿Y si realmente es hijo de del Dios? ¿y si estoy frente a una crucifixión al hijo de Dios? - Divagaste-pero,  ¿quién Dios? ¿A que Dios se refiere este hombre? debe ser único, debe ser admirable, puesto que su hijo (si así fuera), aprende lo que ve del padre, éste, debió ver paciencia, amor, esperanza en su padre.

¿cómo puede hablar al aire, es que Dios está en el aire, o en el cielo? Pues si está en el cielo, las palabras que éste hombre profiere, no están llegando arriba, su voz es muy baja, como si su padre estuviese junto a él, escuchándolo, sosteniéndolo.-

El mismo pensamiento se encicló en ti -¿Qué clase de padre es este? No puede ser un padre amoroso, este hombre está sufriendo, no hay nadie que le proteja, ¿Qué clase de dios, de padre permite que maten a su hijo? ¿Qué clase de amor es este, que permite le quiten la vida a su hijo, de la misma manera que se les quita a los asesinos?


¿Qué piensas,qué sueñas? ¿Qué habrá dentro de ti? ¿Cuál es tu pasión, cual tu motivo, Cuál tu razón de vivir?  o  aún, ¡cual tu razón de morir!-.


La sangre sigue escurriendo de su cuerpo, y aun así, camina con fuerza. -Hombre valiente es éste.-

Te asombras en gran manera, al ver  que sufre, en subida al monte, el monte donde se le dará muerte.¡Oh monte de la calavera! Monte de la muerte, has sido testigo de tantos criminales castigados, de muchas vidas raídas de este mundo; pero jamás fuiste testigo de la cesación de la vida de un hombre sin culpa alguna, nunca habías sido testigo del hombre sin pecado, nunca del rencor de un pueblo hacia su rey.

-Este, si es hijo de Dios, está refutando todo lo que se pensaba del mesías; éste, si es hijo de Dios es hijo de un Dios que no quiere hacer nada por su hijo, uno que no protege, no defiende.-

Estuviste tan cerca de Él, afortunado o desdichado. Centurión, muchos hombres han anhelado tu fortuna, hacen aun, estar en el lugar que tu estuviste, no saben que tendrían que ser esclavos de Roma para ello…





… No saben que deben sujetarse a un hombre pávido, sin autoridad, que le teme más a un pueblo esclavo que a su propio gobierno. Ese hombre es vergüenza. 

Tu amo te decepcionó, es cobarde, aun creyendo en el cristo, lo entregó, para que el pueblo hiciera lo que quisiese con él.El mismo pueblo que le seguía, ahora le da muerte. Pensar que obedeciste sus mandatos.

Pilato, aunque reconociste que él era el Rey de los judíos, pues así anunciaste, y lo escribiste en aquellas tablas en tres idiomas distintos: EL REY DE LOS JUDIOS. Aun así, dejaste que lo mataran.

-Este hombre- decías – es contado con malhechores, y aun escucha a uno de ellos que le insulta pidiendo que se salve a sí mismo y que los salve.- Las preguntas vuelven a ti  -¿y si realmente este viene de Dios? ¿y si bajaran ángeles del cielo y lo se lo llevasen? ¿será un poderoso?-.
Escucha, es el segundo ladrón, sus palabras son : “este hombre no merece esto, él es limpio de malos actos”. Se dirige al Cristo diciendo –señor, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino-. ¿es que este hombre tiene un reino?
-Te aseguro, que hoy estarás conmigo en el paraíso.-
paraíso, éste hombre dice que es rey y que tiene un paraíso, ahora comienzo a creer que este es un loco, que es probable que merezca esta muerte.”

Uno de tus hombre toma un trapo, lo remoja en sedante y lo dirige a la boca del hombre mientras este está terminando de decir – eloi, eloi ¿lama sabactani?-rechaza el sedante, parece que no le importa inhibir su dolor. Intentas saber lo que quiso decir con estas últimas palabras, uno de los tuyos, intenta traducir, pero desiste y dice “debe estar invocando a  algún profeta, veamos si se aparece y le salva”

“Ese Dios, lo ha desprotegido, le ha dejado sólo, con asesinos que se creen fieles a la ley.”





-Tengo sed-

Escuchas las palabras. ”este hombre rechazó el líquido, el calmante, pero aun así dice tener sed, esta no es una sed como todas, esta sed es implacable, el hombre ha perdido mucho líquido, no sé cómo es que aún tiene fuerza para decir eso. No pide de beber, después de tanto sufrimiento, después del azote, de tanto castigo,lo único que dice es “tengo sed”. Cómo puede un ser en esa condición, hacernos saber que tiene sed, posiblemente su mente divaga.




-Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu-

ha pasado un buen rato desde que escuche esa palabra , Padre, y ahora le habla nuevamente, al que lo desamparó, le sigue hablando como si estuviera cerca de él.”


No lo abandonó, lo desprotegió, eso no lo has entendido, si el padre lo hubiera dejado, entonces abría una gran contradicción en decir que Dios es omnipresente; no lo abandonó, lo desprotegió,

Pero ahora, después de abrir la mano y desprotegerlo, el hijo se encomienda a él, a su padre, es tanta la confianza, que aún cuando abrió la palma de su mano y lo dejó indefenso, confía en que la cierre nuevamente para tomar su espíritu y resguardarlo.

Centurión, tu sólamente, estas frente al cristo, frente al hombre que cambiará la historia, que está dejando un agujero en el universo, una marca permanente en esta línea existencial.



CONSUMADO ES

Lo miras directamente, nadie más esta tan cerca de El como tú. Lo ves, levanta su rostro, su mirada al cielo, toma aliento, su último aliento, y grita con toda su fuerza, mucha más fuerza que pudiesen tener muchos, estando vivos. Vos más fuerte, imponente, que hace vibrar el corazón :
-¡Está………… terminado!-

En aquel grito, la tierra tiembla delante de ti, el sol se apaga, y abajo en la ciudad, se escuchan gritos de horror, la gente alrededor de ti tiene miedo, corren, se oprimen la cabeza, se lamentan. Nada puede borrar lo que ya está hecho.

Tus ojos se llenan de lágrimas, tu cuerpo se estremece, estas espantado, lágrimas brotan de ti,  al igual que de aquella gente que está a tu alrededor, tu voz es débil, pero aun así te esfuerzas y cierras este capítulo con tus palabras -verdaderamente éste hombre era el hijo de Dios-.




SECA  TUS LAGRIMAS

Escucha  lo que dicen,  los rumores son ciertos, las mujeres fueron testigos de ello. Sé atento a lo que dicen los hombres que vienen de regreso, vienen de la tierra de Emaús.


“En Jerusalén la tumba esta vacía, el ya no está muerto,  El resucitó.”

El hombre, el Cristo, el Dios encarnado, no está muerto, el regresó. Se hizo pleno, su Padre nunca lo dejó. Cada palabra que escuchaste será objeto de estudio durante los próximos miles de años.

Seca tus lágrimas hombre adiestrado. Convencerte, como fue convencido tu amo, como fue convencido el pueblo siervo. 

Cree como creyó aquella anciana que fue sorprendida en adulterio, la mujer que llegó a Jesús,  siendo arrastrada por el pueblo para acusarle conforme a su ley y con intención de encontrar falta en El.

“ ¡esta mujer ha sido encontrada en pleno acto de inmoralidad, y conforme a la ley de Moisés ella debe ser muerta con rocas!  , ¿qué dices de eso?

Si en verdad aquellos respetaran su ley, ellos mismos deberían estar  muertos, pero Jesús lo expresó de otra forma:

-El que esté libre de falta a la ley, comience con la instrucción-

Nadie pudo hacerlo, todos saben que tienen faltas, así pues desde el más viejo hasta el más joven sabiendo su culpa,  dejó caer la piedra sin condenar más a la mujer de avanzada edad. Y la mujer quedó sola, tirada a los pies del hombre muerto y resucitado.

-mujer, mira a tu alrededor, ¿dónde están los que te condenaban?-

La mujer se percata de que fue librada de la  condena por causa de las palabras del hombre. Vuelve la mirada a los ojos de Jesús  y responde:

 – no queda nadie –

-ahora vete y no peques más-

Ahora sigue con tu vida, ve en paz, tu falta no existe más, ¡Tu historial ha sido borrado!... vete y no llenes tu mente nuevamente de perversión.
Mujer, eres libre ya.”

Seca tus lágrimas Centurión, eres libre ya. Ahora no calles lo que has visto y oído, anúncialo, pregónalo  en alta voz.

Cabalga hasta el final, que se sepa quién fuiste, y lo que viviste.

Ve centurión, rompiendo la interminable línea silenciosa del tiempo.

caracol

El hombre no era hombre ya, se hizo lento, escurridizo, hermoso,  o según algunos, se hizo repugnante.
El no entiende como, pero sabe que un día amaneció siendo lo que fue, no era un sueño, era real, no lo quería creer. Se vio obligado a adaptarse a su entorno, a su vida y a su cuerpo.
Un primer día, el se mofaba de lo que parecía un raro sueño, y se describía a sí mismo como en aquel momento  se observaba,  lo repetía en voz alta porque terminara el mismo por creerlo.Se paseaba por el suelo, porque en el fondo, lo disfrutaba, disfrutaba el rose del suelo, sentir  el peso de concha sobre su cuerpo, se divertía al sentir el movimiento y la flexibilidad de su cuerpo. 
Lo que no disfrutaba tanto,  era el rose del suelo y de las piedras con sus ojos y pequeños tentáculos que trataban de tocar todo para predecir el camino.

Tiempo después, cuando son le quedaba más que aceptar lo que era, y quiso apreciarse y amarse por ser como era.
Llegó a tener gratitud hacia el ser que lo convirtió en un caracol de tierra, pues ya no tenía que usar ropa, ni trabajar todos los días en una oficina de color gris, porque según su jefe <<el color gris habla de seriedad>>
Apreció desde aquel momento su nueva vida, y disfrutó al fin ver la baba que dejaba tras de sí.

Un día despertó nuevamente en su cama, la alarma sonaba, el sol salía y sus ojos se adaptaban a la luz.

En la oficina gris, sentado y haciendo su trabajo, recordaba el momento en que amó su vida, siendo un ser vivo que se esconde bajo las piedras húmedas.

Deseaba, un día despertar siendo nuevamente un caracol, Jamás sucedió, así que se dispuso a disfrutar su estancia en aquella oficina siendo un hombre sin casa alguna sobre su cuerpo.

Sonreía al ver su colección de conchas de caracol, (recordaba que agradable y satisfactorio era ser un caracol). Amaba sus espirales y sus colores, sus remolinos,  se amaba ya, a sí mismo.

Esta es la historia del caracol

PIEDRA EN EL ZAPATO

Para Néstor cada día es una oportunidad para disfrutar al máximo, para reír con toda persona que se tope en su camino.
Ama caminar y respirar el aire de la ciudad, ha superado todo lo dañino, el mal olor de la calle no existe. Para él no hay envidia, ni rencores, él es natural en lo que hace, y lo disfruta.
Llegando a su oficina, saluda a todo aquel empleado que posiblemente se encuentra frustrado por la monotonía de su vida. Él jamás ha pensado en que la constancia es monotonía, de hecho es el más innovador y soñador, es el que posee  la mejor aptitud.

El febrero pasado tocaron a su puerta dos hombres, en sus manos sostenían varias hojas, él cree que eran listas llenas de nombres, aquellos hombre le informaron sobre el cambio de cera y de pavimento  que se haría en su calle.
Y por supuesto, firmó una de aquellas hojas.
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Un domingo en la mañana, Néstor Faldivia salió a correr al parque, se llevó la sorpresa, que en  su calle comenzó el cambio de suelo. Néstor caminó sobre la terracería, y el pobre, ensució sus zapatos deportivos, pero a él no le importó mucho.

El lunes salió a trabajar, ensuciando ahora sus zapatos de trabajo, casi tropieza con algunas piedras, y de nuevo, no le tomó importancia a aquello.

Néstor  tenía un nuevo proyecto, el cual expuso a sus compañeros, después de haber escuchado a faldivia, uno de ellos dijo:
-Néstor, eres el que tiene las mejores ideas, pero esta vez quisiste dar un salto imposible.  Todos  aquellos compañeros que los escucharon acertaron en lo mismo.
Néstor se entristeció, y tomando su utilería, se encerró en su oficina. 
Al parecer, faldivia se ha molestado por la observación de aquel.
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Ya hace dos meses que Néstor no sonríe, es ahora un amargado como todos con los que trabaja. Parece que ya no posee el optimismo que lo hacía único, quizás es que por más que se esfuerza en ser feliz, siempre lo que lo rodea, trata de presumir su capacidad para hacer a los hombre enojar.
Lástima de Néstor, parece que lo quieren despedir por no trabajar tan bien como antes.
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Su calle luce una cera nueva, y pavimento fresco, pero a Nestor le fastidia ver la calle, ha dejado ya de disfrutar lo que hace, ya no ama el aire urbano, parece que le causa nauseas.

Hoy despidieron al pobre Néstor, después de salir de su oficina furioso, se dirigió a la cantina más cercana, y aunque nunca había tomado, esta vez se dispuso a hacerlo, según él, para poder olvidarse de su fastidio.
Todo le ha resultado mal, y Néstor analiza, y se pregunta
-          ¿Donde fue…… en qué momento?
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Una  noche, tirado en el suelo,  tratando de esconderse en aquellos cartones con los que la gente duerme, Néstor se ha dado cuenta que su última posesión,  sus zapatos,  están a punto de romperse, 


  -los extrañaré…aunque, ellos me hacen recordar lo que tuve y lo que perdí - piensa.

Néstor perdió todo, ahora se encuentra en la calle, triste y enojado, molesto con la vida, esperando a que alguien le diga porque su desdicha. Mira fijamente sus últimos zapatos, se percata de algo, se saca uno de ellos del pié y mete la mano, palpa, encuentra una diminuta piedra, tomándola se pone de pié y corre, empuña la piedra, y con toda su fuerza la arroja. Se fue la piedra, tan molesta, la que hizo que Néstor se quedara sin nada, se fue volando, y calló en el charco mas lejano.

Néstor, vuelve a sonreír.

NO TE VAYAS -.1



 Sus manos se convertían en puños  llenos de dolor y amargura, llenos de  indignidad de una mujer, llenos de vergüenza y deshonra.

DE LOS PROVERBIOS

I.-
2.para aprender sabiduría y doctrina,
para  conocer razones prudentes,

3.para adquirir instrucción y prudencia,
justicia, juicio y quidad;

4.para dar sagacidad a los ingenuos,
y a los jóvenes inteligencia y cordura.

5.el sabio los escucha y aumenta su  saber,
el inteligente adquiere capacidad

6.para entender los proverbios y sentencias,
las palabraas de los sabios y enigmas.

7.El principio de la sabiduría es el temor de Jehová;
los insensatos desprecian  la sabiduría y la enseñanza.

LA VIRTUD DADA A LOS HOMBRES



LA VIRTUD DADA A LOS HOMBRES

Emanuel

Humo subió de su nariz, y de su boca fuego consumidor; carbones fueron por el encendidos.
Y bajó los cielos, y descendió; y oscuridad debajo de sus pies.

Y CABALGO SOBRE UN QUERUBÍN  Y VOLÓ; VOLÓ SOBRE LAS ALAS DEL VIENTO….
            Envió desde lo alto; me tomo, me saco de las muchas aguas.”
Salmo  18:8-10,16

Emanuel 


La primera hoja del parque cayó, seca, amarilla, parecía que después de tanto trabajo, al fin descansaba.

Un hombre, viendo lo sucedido, se acercó y tomó aquella amarillenta y frágil hoja seca, la veía con un interés que hacia despertar curiosidad.¿Por qué observaba tanto esa hoja? ¿Por qué la tomó?- me pregunté.
Me acerqué con intención de preguntarle al hombre, que en aquel instante se hallaba sentado en el pasto. Pero antes de que  de mi boca saliera palabra, el alzó su mirada Y cuestionó:
-¿Has  visto cómo principia su renovación este árbol?
No entendiendo su pregunta aún, le dije:
-¿Crees que es motivo de alegría ver a una hoja caer?
Aquel hombre, hasta ese momento desconocido,  sonrió y preguntó:
-¿Y es motivo de tristeza?
Yo, habiendo entendido lo que me decía, le sonreí, le extendí la mano y me presenté, el respondió con el mismo gesto, Su nombre Emanuel.


Así fue como lo conocí, de la forma más agradable y única que se puede conocer a un amigo.

He pensado mucho en lo que me enseñó aquel día, y ahora recuerdo haber visto en algún documental, que las águilas se renuevan, es decir, después de aproximadamente  40 años, ya llegando a su úaltima edad, el águila se arranca sus garra y sus plumas; Las garras y las plumas crecen de nuevo, siendo más resistentes, así que el águila vive aproximadamente  25 años más. A esto decidí llamarle renovación.

Emanuel me dijo que el hombre puede hacer cosas tan impresionantes como el águila, pero no entendí a qué se refería, pues el águila tiene una excelente vista y una admirable destreza en el aire. Teniendo aquella duda, le pregunté un día -¿A qué te referías cuando dijiste que el hombre puede hacer cosas tan impresionantes como el águila?-
El tomándome del hombro,  respondió
:
 -El águila vuela, El hombre también puede hacerlo, puede conquistar el cielo, puede comer de las nubes, puede hacerlo.- Pero en lugar  de impresionarme, me reí como cuando niño, es decir a carcajadas.

Ahora que lo pienso, debí resultar ofensivo para él.


El hombre ha logrado volar con ayuda de su tecnología, y llegar aún más lejos de lo que llega cualquier ave. Pero Emanuel no hablaba de aviones o helicópteros, no se refería a las nuevas tecnologías ni a hélices  hablaba  de que el hombre sin ayuda de alguna tecnología, puede volar, ¡si, volar!..

La siguiente semana que lo encontré estando  yo sentado en una banca del parque, pensando en Erika,  aproveché para quitarme una de las muchas dudas que en ese momento  iban y venían dentro de mí.

-  tú dices que el hombre puede volar, pero es imposible que el hombre despegue su pie del suelo, si no es con ayuda de algo-
-

- Es que jamás has visto a un hombre volando, por eso no puedes creer que el hombre puede hacerlo y  tocar las nubes. NO hay más ayuda que la de creer que se puede hacer.-

- pues si tú dices que podemos hacerlo, quisiera que me lo mostraras, quiero ver que vueles.- Cuando dije eso, Emanuel bajó la mirada,  con un rostro que reflejaba tristeza o quizá decepción, y me dijo suavemente:
-Es que no lo has creído

-Ver para creer – respondí.

Emanuel caminó alejándose, hasta que no lo vi más.

Es fácil saber que me porté grosero, pero me dije…”debe ser más realista”... De forma que justificara mi acto tan infantil.

En ese momento fui hostil con Manuel, no por el tema del cual hablábamos, sino por la preocupación de que a Erika se le complicara el parto más de lo previsto.

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Erika era la mujer más encantadora, más inteligente y más viva que cualquier chica. Cuando supimos, que te esperábamos, aunque admito, cambiaste nuestros planes, nos contentamos con la noticia.

Pasé horas con ella, seguía en observación, porque al parecer  tu nacimiento sería muy complicado.

A veces ella, más  abochornada que yo, me obligaba a que saliera al parque a tomar aire, claro que lo hacía sin discutir, no quería que nada la afectara.
Fue el  mismo parque donde conocí al hombre.

Ella, tu madre,  fue la que cambio  mi vida, ella hizo que pudiera ver todo de una forma más ligera, que pudiera reírme de todo, pero todas sus enseñanzas se iban, como si me hubieran abandonado todas las  lecciones  que da un profesor de geometría a la hora del examen.

 La virtud se alejaba  mientras más se complicaba el parto, se apartaba de mí para entrar en ti  querido. Es por eso que a tu edad, has sentido la necesidad de buscar algo, has tenido la sensación de  que en el cielo debe haber algo que nunca has conocido, porque aquella virtud proveniente de tu madre, ha tratado de salir, ha tratado de enseñarte algo, y en este momento trata de decirte que esta historia no es imaginada, que nadie la ha inventado, que hay algo más allá de lo que has buscado, de lo que has conocido.

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Estaba yo en el panteón, llorando, viendo la caja que se ocultaba poco a poco bajo la tierra.
Recordé todo lo que ella y yo vivimos juntos (¡cómo la recuerdo!). En ese instante, no me importaba otra cosa, sólo sentía el dolor, mi rostro estaba enrojecido de tanto llorar, más bien parecía que de  aullar; aullar de dolor y tristeza, Erika me dejó para siempre, pensé.

Mientras lloraba, sentí la mano de Emanuel sobre mi hombro, logré silenciarme por unos minutos, pero no resistí, así que lo abracé y lloré hasta el cansancio.
Emanuel  me dijo que en cuanto supo de la muerte de mi mujer quiso estar acompañándome. Era para mí el momento menos indicado, pero recordé que tenía que saber si realmente el hombre puede volar, pues después de aquella última conversación, la duda permanecía.

Así que le pregunté como un niño le pregunta a su padre:
-       Emanuel ¿es cierto lo que me has dicho? ¿Podemos volar?

El, con lágrimas  en los ojos y con una voz quebrantada, sabiendo que en ese momento quería escapar del dolor, me respondió en un murmullo:
-       …Sólo si lo crees…

Después de eso, corrí; corrí hasta que mis piernas no pudieran más, y me repetí muchas veces para convencerme:
-       ¡Sí puedo volar! ¡Sí puedo volar! ¡Sí puedo volar!.........

Extendí mis brazos y me arrojé, casi esperando caer al suelo y llenarme la boca de tierra, o de pasto, o tal vez de asfalto, pero me encontré con la insoportable realidad de los opresores. Emanuel tuvo razón, pude volar.

No sé cómo, ni lo entiendo, pero sé que lo hice. Volé y subí a las nubes, volé junto con las águilas y volé tan alto que me olvidé de todo.

Ahí sobre una de aquellas nubes estaba Emanuel sonriéndome, y mi tristeza se borró, no sentía más dolor y vi a los hombres y les grité...
-       ¡Hey, podemos volar!

Pero nadie me escuchó. Es que los seres humanos están tan ocupados  “divirtiéndose”, resolviendo sus problemas, comprando y vendiendo, distraídos en su ciencia. Nadie hace caso de una persona que está entre las nubes hablándales y gritándoles, afirmando  que sí hay alternativa.

– ¡hey, hay una realidad mejor, una realidad más real! Les grité a todo el que veía desde lo alto, a todo ser vivo, a todo lo que respira.

Quise compartir  aquella fuerza, esta anergia latente que fluye en nosotros violentamente y que busca salir. Pero  me lo impidieron, los hombres se tapaban los oídos, volteaban sus rostros a sus libros, leían historias fantásticas, se mofaban de sí mismos al pensar que oyeron una voz de lo alto gritándoles; una voz que viaja por el aire, por el agua, por  la tierra, por todo el espacio susurrando o gritando a nuestro ser que la esencia del hombre no está perdida.

Jamás olvidaré a Emanuel, que me enseñó primero a creer, después a volar. Una virtud dada a los hombres, poco entendida.

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La historia que te relaté, es una historia real, una historia de esperanza; una historia de Dios. Hijo mío, hace tanto tiempo que no me dejan verte. Debo aclararte también que aquello que te dijo el doctor Néstor, es mentira, puesto que nunca me han hecho algún análisis, ningún  examen, ni siquiera alguna inspección, es así que te puedo asegurar que lo de la esquizofrenia paranoide es totalmente mentira.

Hijo, te ruego, ya que está a tu alcance que pregones lo que te he dicho, la buena y nueva noticia.

Te he contado de aquel hombre que ha cambiado mi forma de pensar, que hizo regresar  la virtud a mí, que me enseñó que al irse tu madre, te dejaba a ti, y que ella jamás morirá mientras esté en mi memoria, y espero  que al igual que yo, tú también lo creas.

A Emanuel, no lo vi mas, posiblemente porque me enseñó lo que necesitaba saber, posiblemente se encuentra en el cielo, mirándome, y abrazándome como en aquel momento de dolor, Emanuel alumbró mi alma, dio luz a lo más profundo y confuso.

Me enseño el amor, me enseño a creer, a ser un torbellino en el cielo, a ver a los hombres y compadecerme del dolor que sienten, siendo un viejo, me hice niño, siendo malo me hice puro y sincero.

El amor hijo mío, entra por mis oídos, en la noche, me repite que debo hacer que  brotes, que crezcas,  que le creas, entra por la ventana y me envuelve en su sábana blanca.

Hijo querido, hoy  soy un anciano ya, y aun tengo el recuerdo vivo de aquel hombre que me hizo tocar  las nubes, a veces no duermo recordando aquel  momento.

Pero podrás hacerlo hijo mío, si lo crees en verdad
Siempre tu padre,  tu amigo. Gracias.



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LUIS ENRIQUE