Y bajó los cielos, y descendió; y oscuridad debajo de sus pies.
Y CABALGO SOBRE UN QUERUBÍN Y VOLÓ; VOLÓ SOBRE LAS ALAS DEL VIENTO….
Envió desde lo alto; me tomo, me saco de las muchas aguas.”
Salmo 18:8-10,16
Emanuel
La primera hoja del parque cayó, seca,
amarilla, parecía que después de tanto trabajo, al fin descansaba.
Un hombre, viendo lo sucedido, se acercó y tomó
aquella amarillenta y frágil hoja seca, la veía con un interés que hacia
despertar curiosidad.¿Por qué observaba tanto esa hoja? ¿Por qué la tomó?- me
pregunté.
Me acerqué con intención de preguntarle al hombre, que
en aquel instante se hallaba sentado en el pasto. Pero antes de que de mi
boca saliera palabra, el alzó su mirada Y cuestionó:
-¿Has visto cómo principia su renovación este
árbol?
No entendiendo su pregunta aún, le dije:
-¿Crees que es motivo de alegría ver a una hoja caer?
Aquel hombre, hasta ese momento desconocido,
sonrió y preguntó:
-¿Y es motivo de tristeza?
Yo, habiendo entendido lo que me decía, le sonreí, le extendí la mano y me presenté, el respondió con el mismo gesto, Su nombre Emanuel.
Yo, habiendo entendido lo que me decía, le sonreí, le extendí la mano y me presenté, el respondió con el mismo gesto, Su nombre Emanuel.
Así fue como lo conocí, de la forma más agradable y
única que se puede conocer a un amigo.
He pensado mucho en lo que me enseñó aquel día, y
ahora recuerdo haber visto en algún documental, que las águilas se renuevan, es
decir, después de aproximadamente 40 años, ya llegando a su úaltima edad,
el águila se arranca sus garra y sus plumas; Las garras y las plumas crecen de
nuevo, siendo más resistentes, así que el águila vive aproximadamente 25
años más. A esto decidí llamarle renovación.
Emanuel me dijo que el hombre puede hacer cosas tan
impresionantes como el águila, pero no entendí a qué se refería, pues el águila
tiene una excelente vista y una admirable destreza en el aire. Teniendo aquella
duda, le pregunté un día -¿A qué te referías cuando dijiste que el hombre puede
hacer cosas tan impresionantes como el águila?-
El tomándome del hombro, respondió
:
-El águila vuela, El hombre también puede hacerlo, puede conquistar el cielo, puede comer de las nubes, puede hacerlo.- Pero en lugar de impresionarme, me reí como cuando niño, es decir a carcajadas.
Ahora que lo pienso, debí resultar ofensivo para él.
:
-El águila vuela, El hombre también puede hacerlo, puede conquistar el cielo, puede comer de las nubes, puede hacerlo.- Pero en lugar de impresionarme, me reí como cuando niño, es decir a carcajadas.
Ahora que lo pienso, debí resultar ofensivo para él.
El hombre ha logrado volar con ayuda de su tecnología,
y llegar aún más lejos de lo que llega cualquier ave. Pero Emanuel no
hablaba de aviones o helicópteros, no se refería a las nuevas tecnologías ni a
hélices hablaba de que el hombre
sin ayuda de alguna tecnología, puede volar, ¡si, volar!..
La siguiente semana que lo encontré estando yo sentado en una banca del parque, pensando
en Erika, aproveché para quitarme una de
las muchas dudas que en ese momento iban y venían dentro de mí.
- tú dices
que el hombre puede volar, pero es imposible que el hombre despegue su pie
del suelo, si no es con ayuda de algo-
-
- Es que jamás
has visto a un hombre volando, por eso no puedes creer que el hombre puede
hacerlo y tocar las nubes. NO hay más
ayuda que la de creer que se puede hacer.-
- pues si tú dices que podemos hacerlo, quisiera que me lo
mostraras, quiero ver que vueles.- Cuando dije eso, Emanuel bajó la mirada, con un
rostro que reflejaba tristeza o quizá decepción, y me dijo suavemente:
-Es que no lo has creído
-Ver para creer – respondí.
Emanuel caminó alejándose, hasta que no lo vi más.
Es fácil saber que me porté grosero, pero me
dije…”debe ser más realista”... De forma que justificara mi acto tan infantil.
En ese momento fui hostil con Manuel, no por el tema
del cual hablábamos, sino por la preocupación de que a Erika se le complicara
el parto más de lo previsto.
************
Erika era la mujer más encantadora, más inteligente y más
viva que cualquier chica. Cuando supimos, que te esperábamos, aunque admito,
cambiaste nuestros planes, nos contentamos con la noticia.
Pasé horas con ella, seguía en observación, porque al
parecer tu nacimiento sería muy
complicado.
A veces ella, más
abochornada que yo, me obligaba a que saliera al parque a tomar aire,
claro que lo hacía sin discutir, no quería que nada la afectara.
Fue el mismo parque donde conocí al hombre.
Ella, tu madre,
fue la que cambio mi vida, ella
hizo que pudiera ver todo de una forma más ligera, que pudiera reírme de todo,
pero todas sus enseñanzas se iban, como si me hubieran abandonado todas las lecciones
que da un profesor de geometría a la hora del examen.
La virtud se
alejaba mientras más se complicaba el
parto, se apartaba de mí para entrar en ti
querido. Es por eso que a tu edad, has sentido la necesidad de buscar
algo, has tenido la sensación de que en
el cielo debe haber algo que nunca has conocido, porque aquella virtud
proveniente de tu madre, ha tratado de salir, ha tratado de enseñarte algo, y
en este momento trata de decirte que esta historia no es imaginada, que nadie
la ha inventado, que hay algo más allá de lo que has buscado, de lo que has
conocido.
********************************
Estaba yo en el panteón, llorando, viendo la caja que
se ocultaba poco a poco bajo la tierra.
Recordé todo lo que ella y yo vivimos juntos (¡cómo la
recuerdo!). En ese instante, no me importaba otra cosa, sólo
sentía el dolor, mi rostro estaba enrojecido de tanto llorar, más bien parecía
que de aullar; aullar de dolor y tristeza, Erika me dejó para siempre,
pensé.
Mientras lloraba, sentí la mano de Emanuel sobre mi
hombro, logré silenciarme por unos minutos, pero no resistí, así que lo abracé
y lloré hasta el cansancio.
Emanuel me dijo que en cuanto supo de la muerte
de mi mujer quiso estar acompañándome. Era para mí el momento menos indicado,
pero recordé que tenía que saber si realmente el hombre puede volar, pues
después de aquella última conversación, la duda permanecía.
Así que le pregunté como un niño le pregunta a su
padre:
- Emanuel
¿es cierto lo que me has dicho? ¿Podemos volar?
El, con lágrimas en los ojos y con una voz quebrantada,
sabiendo que en ese momento quería escapar del dolor, me respondió en un murmullo:
- …Sólo
si lo crees…
Después de eso, corrí; corrí hasta que mis piernas no
pudieran más, y me repetí muchas veces para convencerme:
- ¡Sí puedo volar! ¡Sí
puedo volar! ¡Sí puedo volar!.........
Extendí mis brazos y me arrojé, casi esperando caer al
suelo y llenarme la boca de tierra, o de pasto, o tal vez de asfalto, pero me
encontré con la insoportable realidad de los opresores. Emanuel tuvo razón,
pude volar.
No sé cómo, ni lo entiendo, pero sé que lo hice. Volé
y subí a las nubes, volé junto con las águilas y volé tan alto que me olvidé de
todo.
Ahí sobre una de aquellas nubes estaba Emanuel
sonriéndome, y mi tristeza se borró, no sentía más dolor y vi a los hombres y
les grité...
- ¡Hey,
podemos volar!
Pero nadie me escuchó. Es que los seres humanos están
tan ocupados “divirtiéndose”, resolviendo
sus problemas, comprando y vendiendo, distraídos en su ciencia. Nadie hace caso
de una persona que está entre las nubes hablándales y gritándoles,
afirmando que sí hay alternativa.
– ¡hey, hay una realidad mejor, una realidad más real!
Les grité a todo el que veía desde lo alto, a todo ser vivo, a todo lo que
respira.
Quise compartir
aquella fuerza, esta anergia latente que fluye en nosotros violentamente
y que busca salir. Pero me lo impidieron,
los hombres se tapaban los oídos, volteaban sus rostros a sus libros, leían
historias fantásticas, se mofaban de sí mismos al pensar que oyeron una voz de
lo alto gritándoles; una voz que viaja por el aire, por el agua, por la tierra, por todo el espacio susurrando o
gritando a nuestro ser que la esencia del hombre no está perdida.
Jamás olvidaré a Emanuel, que me enseñó primero a
creer, después a volar. Una virtud dada a los hombres, poco entendida.
**************************
La historia que te relaté, es una historia real, una
historia de esperanza; una historia de Dios. Hijo mío, hace tanto tiempo que no
me dejan verte. Debo aclararte también que aquello que te dijo el doctor
Néstor, es mentira, puesto que nunca me han hecho algún análisis, ningún examen, ni siquiera alguna inspección, es así
que te puedo asegurar que lo de la esquizofrenia paranoide es totalmente
mentira.
Hijo, te ruego, ya que está a tu alcance que pregones
lo que te he dicho, la buena y nueva noticia.
Te he contado de aquel hombre que ha cambiado mi forma
de pensar, que hizo regresar la virtud a
mí, que me enseñó que al irse tu madre, te dejaba a ti, y que ella jamás morirá
mientras esté en mi memoria, y espero que al igual que yo, tú también lo
creas.
A Emanuel, no lo vi mas, posiblemente porque me enseñó lo que necesitaba saber, posiblemente se encuentra en el cielo, mirándome, y
abrazándome como en aquel momento de dolor, Emanuel alumbró mi alma, dio luz a
lo más profundo y confuso.
Me enseño el amor, me enseño a creer, a ser un
torbellino en el cielo, a ver a los hombres y compadecerme del dolor que
sienten, siendo un viejo, me hice niño, siendo malo me hice puro y sincero.
El amor hijo mío, entra por mis oídos, en la noche, me
repite que debo hacer que brotes, que crezcas,
que le creas, entra por la ventana y me
envuelve en su sábana blanca.
Hijo querido, hoy soy un anciano ya, y aun tengo
el recuerdo vivo de aquel hombre que me hizo tocar las nubes, a veces no
duermo recordando aquel momento.
Pero podrás hacerlo hijo mío, si lo crees en verdad
Siempre tu padre, tu amigo. Gracias.
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Hola, me gusto mucho la publicación y sabes es cierto que muchas veces somos tan egoístas que solo nos enfocamos en nuestros propias cosas y problemas y no logramos ver lo que esta a nuestro alrededor. Saludos... Neli Z
ResponderEliminarMuy bueno realmente lo escrito... primero pensar en las pequeñas cosas y después poder pensar en grande... tomar el vuelo de algo que puede el indicio de algo sumamente gratificante! Y no hablo de superioridad... sino de una paz interna tal vez.
ResponderEliminarFelicidades hermano... muy buen cuento y agradable de leer!
me encantó esta historia.
ResponderEliminarque linda historia primo te enseña muchas cosas las cuales no siempre nos damos cuenta de la realidad y saber seguir adelante y creer que si podemos sin necesidad de ver.
ResponderEliminarwaaoo!! que linda historia...Es muy verídica...es lo que pasa hoy en dia, a veces hacemos de nuestras actividades algo tan rutinario que pasamos por desapercibido muchas cosas esenciales de la vida del hombre, hasta quedar en una especie de estancamiento o hasta tener un alma que está totalmente seca ...
ResponderEliminar¡Felicidades, maravilloso relato! La mayor enseñanza de aquí es "Creer para volar", no sé porqué pero retorne por un momento a mi infancia, como con el cuento de Peter Pan.
ResponderEliminar¡Todo se puede lograr!